"El vino del árbol", "el secreto de las nubes", "Mocomola". Es un vino con identidad propia. Un vino nuestro y para nosotros. Un vino creado como nos gusta, y para los que nos gustan. El Petit-Verdot es la estructura. El Syrah la jovialidad. El tempranillo la fruta. Y el cabernet – Sauvignon la jara y el monte de estas sierras Cacereñas. El resultado proviene de una cuidada selección de la uva de los viñedos propios de la bodega. En su elaboración esta presente el árbol, la pizarra, las nubes. Fruta, bosques, flores, regaliz son los aromas que nos aporta cada variedad en este terruño único. Es un vino que sorprende, que confunde, que te hace disfrutar. Sólo apto para personas que quieran tener nuevas sensaciones y busquen la posibilidad de saborear un vino que por su peculiaridad, personalidad, y amabilidad, es de casa, pero con la complejidad de un vino urbano. Urbano y cosmopolita.

Dicen de el que tiene claras influencias francesas y californianas con intensidad aromática, destacando su estructura, su jovialidad, con fruta roja proveniente de la variedad tempranillo y un paso por boca suave y goloso, notas agradables de moras o cerezas y una notas balsámicas de vainilla, dicen que es equilibrado en boca, con tanino suave y agradable, redondo y graso. Con sulfitos. Pero para nosotros solo es un vino creado como nos gusta, y para los que nos gustan. Un vino que sólo tiene el objetivo de agradar a los amigos. Un vino hecho a medida. Distinto. Para una gente, y un tiempo distinto. Un vino que cada año y cada cosecha será irrepetible. Un vino que sólo sabe a vino, al mejor vino. Sí, un vino rojo, y sin complejos. Orgulloso de serlo.